lunes, 26 de mayo de 2008

Balance GP de Mónaco


No es fácil resumir el Gran Premio de Mónaco 2008. Ha habido otros semejantes, sin duda, pero hacía mucho tiempo que Mónaco no nos regalaba una locura de carrera como la de este domingo. El inglés Lewis Hamilton, que salía tercero, fue quien al final mejor sobrevivió a los acontecimientos del Gran Premio;
paradójicamente, gracias a un incidente protagonizado por él mismo. Esto es Mónaco, y si encima llueve...
El sábado se clasificaba sobre seco con un monopolio de Ferrari en la primera línea. Les seguían los dos McLaren, el BMW de Kubica y la sorpresa con el Williams de Nico Rosberg, muy competitivo en los libres. Por detrás de él, Fernando Alonso se enfrentaba a otro calvario rodeado por coches más potentes. Al menos, partiría con una posición más cuando el McLaren de Heikki Kovalainen se paraba antes de la vuelta de formación y se veía obligado a salir desde boxes.
No obstante, hoy, con el suelo mojado, la potencia era lo de menos. En la salida, Lewis Hamilton conseguía adelantar al campeón Kimi Räikkönen gracias a una genial tracción en los primeros metros, y Fernando hacía lo propio con Nico Rosberg. A pesar de todo, el movimiento era muy precavido y las primeras curvas se negociaban sin incidentes ya que todos los pilotos eran conscientes de que esta carrera no se ganaría en la salida, sino en el vuelta a vuelta.
A partir de la mitad de la primera vuelta ya comienzan los incidentes, aunque siempre leves. Rosberg rompe su alerón contra Alonso, al igual que Jenson Button en su lucha con Heidfeld, y la lluvia se incrementa. El inglés entra a boxes pero Rosberg no lo hace, otra curiosidad del Mónaco lluvioso: los coches van tan lentos que el alemán podía defenderse sin alerón.
Y otro alemán, Timo Glock, también pierde su alerón y entra a cambiarlo siendo el primero en montar las “full wet tyres”, los neumáticos de lluvia extrema. Las previsiones son contradictorias pero el tiempo va a su libre albedrío y la lluvia sigue cayendo sobre las calles del Principado. Por delante, Felipe Massa se distancia de Hamilton que a su vez se distancia de Räikkönen. El finlandés no encontraba el ritmo. Y en la vuelta 6 empezaba a fraguarse la extrañísima carrera con el golpe que Hamilton daba al guardaraíl exterior de Tabac. El inglés perdía su neumático trasero derecho y entraba a boxes aprovechando para cargar combustible. Esto no le permitía terminar la carrera pero sí cambiaba su estrategia, algo que en un día como el de hoy con tan altísimas probabilidades de tener más de un Safety Car podría ser absolutamente determinante.
Ahora las apuestas cambiaban. Räikkönen se encontraba con el morro de Kubica a pocos metros de su estela, y poco por detrás el de Fernando Alonso. Sin embargo, este exceso de entusiasmo del asturiano lo pagaría perdiendo su neumático de forma semejante a Lewis Hamilton al impactar contra las protecciones exteriores. El coche, según comentaba después por radio a sus mecánicos, parecía no haber sufrido daños importantes; pero lo más interesante de este incidente es que Fernando montaba los neumáticos extremos, confiando en que la lluvia iría a más, algo que beneficiaría a los pilotos con dichos neumáticos, no así a los que llevaran intermedios como Coulthard y Bourdais que perdían el control en Massenet casi al mismo tiempo y terminaban con su carrera, quedando sus coches en la pista y haciendo necesaria la intervención del Safety Car.
Ahora recordemos: Hamilton había entrado a repostar por culpa de su incidente. Por supuesto, perdió posiciones y bastante distancia, pero el Safety Car anulaba esos espacios y ahora la situación era que Hamilton se encontraba en cuarta posición con el repostaje hecho y con tres pilotos por delante que aún tenían que parar. Las apuestas volvían a invertirse. Por su parte, Fernando Alonso había rodado lo suficientemente bien como para que su incidente sólo le relegara a la séptima posición.
Se reiniciaba, pues, la carrera con los dos Ferrari al frente cuando un mensaje de la dirección de carrera informaba que se sancionaba al coche 1, el de Kimi Räikkönen, con un drive through por no haber tenido puestos los neumáticos cuando se dio la señal de 3 minutos para iniciar la carrera. Una falta cometida antes de la carrera que era sancionada justo tras la salida de un Safety Car, el peor momento posible para hacerlo. Si otro piloto hubiera sido el sancionado, más de un comentario habría salido al respecto. De todos modos, “show must go on” y Kimi hacía su drive through en la última vuelta permitida, evidentemente, gracias a lo cual sólo perdía dos puestos. Hecho que quedaba eclipsado por el monumental adelantamiento de Alonso a Webber en Mirabeau, más fácil de lo normal debido a que el asturiano llevaba neumáticos de lluvia y Webber intermedios, pero meritorio y talentoso no obstante. Poco después fijaría su objetivo en Nick Heidfeld, pero esta vez no quiso esperar lo suficiente y lo intentaba en el interior de Grand Hotel sin tener aún ganada la posición, lo cual se paga con el toque inevitable. Heidfeld parecía no sufrir daños, mientras que Alonso perdía su alerón delantero al igual que Rosberg que, muy pegado a la estela del español, no podía esquivarle en la estrecha curva.
La lluvia parecía dar un respiro a los pilotos cuando Felipe Massa perdía el control en la frenada de Sainte Devote y era superado por Kubica. Con Alonso rodando en decimosexta posición tras Fisichella y Kubica liderando la carrera, la pista empezaba a secarse y los pilotos con neumáticos de lluvia extrema empezaban a rezarle al cielo, al Dios de la lluvia o a cualquiera que haga caer agua sobre la pista. Las previsiones oficiales de la dirección de carrera eran de lluvia, sin embargo el cielo clareaba y las cosas se ponían cada vez más difíciles para Fernando.
En otro orden de términos, entre los 10 primeros nos encontramos con sorpresas como ver a Barrichello octavo y, ojo al dato, Adrian Sutil sexto con el Force India. Vuelta 25 y las primeras paradas programadas se suceden en el pit lane con la entrada de Kubica. Mucho después, en la 33, entraría Felipe Massa demostrando que su pole fue tremendamente meritoria por ir muy cargado. Además, su parada era lo suficientemente larga como para ir a una sola parada. Hamilton lideraba ahora la carrera pero con la necesidad de abrirle al brasileño un hueco suficiente como para salir por delante tras el segundo repostaje.
Justo entonces empezaba a llover de nuevo, si bien no lo suficiente como para que Fernando tenga opción alguna. Sus neumáticos estaban destrozados y el español era uno de los más lentos. En contraposición, tan propio de Mónaco, un joven Adrian Sutil marcaba la vuelta rápida con el peor coche de la parrilla. Ante esto, cualquiera apuesta su dinero a un resultado concreto.
Y para la vuelta 41, Hamilton ya contaba con un colchón 18 segundos sobre Massa y rodaba bastante más rápido que el brasileño, lo que le convertía en aspirante indiscutible a la victoria. En estos momentos, los pilotos con intermedios notaban ya la falta de agarre y la pista comenzaba a secarse, por lo que Renault decide arriesgarse con Piquet y montarle los neumáticos de seco. Poco después Alonso toma el mismo riesgo y las consecuencias son evidentes: mejora todos los parciales hasta que llega a Piscine y se salta la segunda chicane. Sus neumáticos responden a la perfección por el carril seco, pero cualquier salida de la zona gris implica una pérdida total de adherencia. Sin embargo, los grandísimos parciales marcados por el asturiano son la señal para que todos los demás empiecen a montar los compuestos de seco.
Entonces llega la hora de la verdad: Hamilton hace su segunda parada en la vuelta 53. Su colchón era suficiente y sale por delante de Massa sin demasiados problemas. La apuesta fue arriesgada porque durante varias vueltas Hamilton estuvo luchando contra la falta de agarre de sus intermedios, jugándosela a que un incidente provocara la salida de un Safety Car y tirara por la borda su carrera, pero esperando lo justo para que la pista estuviera a punto para usar los neumáticos de seco con garantías. Finalmente, arriesgar dio sus frutos y Hamilton tenía la victoria en sus manos.
Los demás entran a repostar por última vez, y Massa entra también a cambiar de neumáticos a pesar de que no necesitaba repostar. En esta maniobra, el brasileño pierde la segunda posición con Kubica. Por detrás de ellos, Kimi Räikkönen salía de boxes justo por delante de Webber que aprovecha el estado de sus neumáticos para atacar a Iceman. El finlandés se olvida de eso de medirse un poco en las primeras curvas hasta que los neumáticos alcancen la temperatura adecuada y lucha en cada metro por mantener la quinta posición ante el australiano. Y por delante de Kimi, el sorprendente Adrian Sutil. Si el año pasado era el piloto revelación, este año estaba totalmente desaparecido y había llegado el momento de demostrar, o mejor dicho volver a demostrar, las grandísimas manos del piloto alemán.
Pero aún faltaba mucha carrera, y el otro joven alemán, Nico Rosberg, se pasaba en la primera chicane de la Piscina y destrozaba el Williams quedando en medio de la pista rodeado de piezas de fibra de carbono. El Safety Car aparecía por segunda vez y el panorama cambiaba enormemente, ya que las últimas vueltas pasaban de ser un trámite a un sprint. Por ejemplo, Kimi recuperaba el espacio que había entre él y Sutil con lo cual aumentaban sus posibilidades de ganar un puntito más, vital teniendo en cuenta que Hamilton iba camino de llevarse los 10 puntos. Es más, un punto ganado “in extremis” en 2007 en este mismo circuito fue determinante para el finlandés para ganar el Campeonato en Brasil.
El Safety Car se iba y, tal cual se preveía, Kimi se lanza a por todas contra Sutil. El alemán se defiende curva tras curva, tapando los huecos con la amenaza rossa en sus retrovisores. Sin embargo, a la salida del túnel los restos de agua en la pista traicionan a Räikkönen que clava los neumáticos traseros en la frenada y “culea” hasta cuatro veces. Con mucho talento conseguía controlar al Ferrari y no habría pasado nada en caso de rodar sólo, pero por delante tenía a Sutil y no puede esquivarlo impactando contra el Force India con violencia. Kimi sólo sufre una rotura en su alerón delantero, mientras que el golpe parecía ser más doloroso para Sutil. Pasaban los dos por boxes y sólo el finlandés volvía a pista mientras Adrian Sutil golpeaba el volante de su monoplaza, impotente. Nada ni nadie podía consolar al joven alemán.
Y la otra cara de la moneda, Mr. Iceman, volvía a pista para marcar varias vueltas rápidas consecutivas alcanzando en última instancia al octavo clasificado, Heikki Kovalainen, pero sin poder adelantarle.
Por tanto, Hamilton se llevaba la victoria dos vueltas antes de las programadas ya que el límite de tiempo de dos horas se cumplía sin dar tiempo a terminarlas todas. Robert Kubica pasaba segundo por delante de Massa, y por detrás de ellos cruzaban la meta Mark Webber, Sebastian Vettel, Rubens Barrichello, Kazuki Nakajima y Heikki Kovalainen. Räikkönen y Alonso pasaban por detrás de ellos, los dos campeones de la parrilla sin puntuar en Mónaco. Además, Kimi rompía así una racha que se remontaba a Malasia 2005, la última vez que el finlandés cruzaba la meta sin puntuar.
Así pues, el Mundial de Pilotos cambia de líder con Hamilton en primera posición, tres puntos por delante de los 35 de Räikkönen. Massa permanecía tercero a un punto del de Espoo y por delante de Kubica, a dos puntos del brasileño. La emoción se adueña del Campeonato y la próxima cita será ya al otro lado del Atlántico, el 8 de Junio en el Gran Premio de Canadá.

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